Han pasado diez días desde que el CSD Xelajú MC quedó fuera del Clausura, período en donde no se ha visto el trabajo la junta directiva, pues el futuro es todavía incierto debido a la escasez de futbolistas confirmados, además de los inconvenientes que existen dentro del seno dirigencial.
El hecho de no ratificar oficialmente las bajas del plantel anterior indica que están esperando contratar nuevos futbolistas para darle salida a los que ya no interesan, pero esto llega a complicar el asunto, ya que los demás equipos no están dejando pasar el tiempo y de inmediato le ofrecen una mejora de su contrato a los jugadores con lo que prácticamente los amarran, algo que los dirigentes altenses no están realizando.
Tanto Francisco Santos como Edwin Cifuentes han expresado abiertamente que tienen contemplado reducir el valor de la planilla para que llegue hasta los Q. 500,000 mensuales, teniendo un tope salarial para cada futbolista de Q. 30,000, una cantidad poco usual para elementos que han demostrado calidad en la liga y que pueden marcar cierta diferencia, asunto que deberán reconsiderar si desean tener un equipo competitivo.
Pero los conflictos para los directivos no terminan allí, ya que internamente también han existido inconvenientes. El primero se suscitó sobre la continuidad de Carlos Jurado al frente del rebaño, en donde Francisco Santos, Edwin Cifuentes y Adán Gramajo apoyaban al estratega, pero Walter Rodas, Rudy Juárez y Alejandra Ríos estaban en contra de ello, al final ganó la primera propuesta y Jurado se quedó en Xela.
Luego tuvieron otro altercado con relación a los jugadores que querían contratar, momento en donde surgieron nombres con los que algunos no estaban de acuerdo y otros si, siendo tan fuerte la discusión que pudo pasar a más pero afortunadamente no fue de esa manera.
El tiempo sigue su marcha y algunas de las piezas que deseaban incorporar han fichado con otros equipos, tal es el caso de Osmar López, a quien nunca le hicieron una propuesta formal a través de su representante, lo que lo llevó a recalar en Comunicaciones. Otro caso concreto fue el de Allan Lemus, que terminó firmando con Suchitepéquez debido a la lentitud de los dirigentes chivos, algo que se podría repetirse con Roberto Porras, quien interesa a Mictlán.
Sin duda es momento de que los dirigentes altenses “se pongan las pilas” y puedan conformar un plantel que esté a la altura de una institución como Xelajú, dejando por un lado los problemas e intereses personales y pensando única y exclusivamente en el bienestar y superación del rebaño sagrado.
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